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Annales gratuites Bac S : La vida en la carcel

Le sujet  2006 - Bac S - Espagnol LV2 - Expression Imprimer le sujet
Avis du professeur :

Ce sujet a pu vous sembler difficile. Il n'était pas commode de relever les points essentiels de l'attitude du père, sans en oublier. En revanche, on pouvait sans trop de peine imaginer le récit fait par le fils, des années plus tard.

LE SUJET


    
En la cárcel

    (El narrador se encontraba prisionero en una cárcel argentina en 1974.)

    Nico era chiquito y flaquito. Los barrotes de las rejas, escasamente distantes unos de
    otros y que nos separaban de nuestros familiares eran helados. Allí nos agolpábamos(1), casi
    unos sobre otros, cuando llegaban nuestros seres queridos.
    Nicolás, de apenas tres años venía frecuentemente. Me miraba sin comprender por qué yo
 5  estaba del otro lado de los barrotes, por qué no podía estar con él. Imaginándose cosas
    horribles sobre nuestra vida carcelaria.
    Pero un día se me ocurrió probar(2)... Y su cabecita pasó entre los barrotes. Me di cuenta
    de que todo su cuerpito podría hacer lo mismo. Y negocié con el guardia de turno.
    Los guardias eran brutales y bestiales. Pero había aquellos que en medio de la violencia
10  infernal de una paliza deslizaban una mirada cómplice, aflojaban imperceptiblemente las
    trompadas(3) (imperceptiblemente para los otros guardias y sus jefes, pero no para nosotros,
    atentos al menor gesto), los que se conmovían de nuestra situación y la de nuestras familias.
    Acaso éste al que me refiero tuviera un hijo chiquitito y flaco. El caso es que dejó
    pasar a mi Nico. "Sólo un ratito"; ¡Un ratito! Fue uno de los momentos más intensos de mi
15  vida.
    Llevé a mi hijo hasta la celda, le mostré mi cama, los estantes donde teníamos acumulados un
    tarrito de dulce de leche y algo de mermelada. Le hice ver cómo vivíamos, la mesita donde yo
    me sentaba a escribirle las cartas que le enviaba todas las semanas, el inodoro, la ventana, las
    revistas, los libros.
20  De pronto vio una cucaracha(4) que se paseaba por el suelo y me dice: - Papá, mátala.
    Le dije que era una amiga nuestra y que no hacía daño.
    Después de unos minutos y ante el temor del guardia de que se descubriera su transgresión del
    reglamento, volví a pasar a Nico del otro Iado.
    Fue difícil pero necesario. Esa vivencia le permitió a mi hijo relegar sus fantasmas y
25  vivir mi encarcelamiento con mayor tranquilidad. Pudo ver que nuestras condiciones
    materiales eran menos truculentas(5) que lo que se imaginaba. A lo largo de esos años y a
    medida que iba creciendo ese recuerdo le sirvió para soportar mejor la ausencia de su padre.

    Algunas semanas más tarde cuando quise repetir la experiencia su cabecita había
    crecido y ya fue imposible hacerlo.
30  ¡Me hubiera gustado tanto que la mía fuera más pequeña para pasar del otro Iado! Pero la
    fuerza de mis convicciones y mis ansias de libertad nunca dejaron de estar del otro Iado.
    Los barrotes nunca lograron apresar mi espíritu.

Carlos Schmerkin, La paloma engomada, 2004

(1) Agolparse : s'entasser.
(2) Probar : faire un essai.
(3) Aflojar las trompadas : retenir ses coups.
(4) Una cucaracha : un cafard.
(5) Truculentas : effrayantes.

Le candidat traitera au choix l'une des deux questions suivantes :

1. Comenta la actitud del padre a lo largo del texto. Redacta unas 10 líneas.
ou
2. Años después, Nicolás recuerda este episodio y lo cuenta a un amigo. (Unas 10 líneas).


LE CORRIGÉ


1.
La actitud del padre a lo largo del texto es la siguiente:

Preocupación:
El padre se muestra preocupado por lo que le pasa a su hijo por la cabeza.

Búsqueda de una solución:
Por eso, busca una solución y hace lo posible para que su hijo entre en la cárcel y vea de verdad cómo vive. Le enseña cada detalle del lugar en el que vive: su celda, su cama, su mesita.

Respetuoso en un mundo que no respeta a nadie:
No quiere matar a la cucaracha que anda por el suelo porque simboliza la libertad y la vida.

Tristeza:
Cuando se da cuenta de que la experiencia no se puede repetir, lamenta no poder pasar él mismo su cabeza a través de los barrotes.

Luchador en favor de la libertad:
Esta experiencia le fortalece en sus convicciones políticas.

2. En un local de la Avenida Santa Fe, en 1994, Nicolás está con un amigo al que le cuenta lo que vivió aquel año de 1974.

Han pasado ya veinte años y todavía me acuerdo como si fuera ayer. Recuerdo la angustia que sentía conforme íbamos avanzando, mi madre y yo, hacia la cárcel. La imagen de mi padre del otro lado de los barrotes sin poder abrazarlo era algo insoportable. Además, había tantos hombres allí agolpados, todos queriendo tocar, abrazar, hablar con su familia. Todo estaba tan sucio. Mi madre intentaba disimular, pero me daba cuenta de que se ponía mala viendo todo aquello. Me imaginaba cosas horribles detrás de esos barrotes.

Una vez en la sala de visitas, estuve con mi padre. Yo entonces era muy chiquito y muy flaquito, no teníamos mucho dinero para comer. Mi padre se dio cuenta de que podía pasarme a través de los barrotes. Con la autorización del guardia, que le dejó un ratito, pude ver cómo vivía mi padre: su celda, su cama, sus estantes y sobre todo su mesita desde la que me escribía sus cartas que mi mamá me leía.

Puedes imaginar que gracias a esta visita, mis miedos y angustias, al pensar en mi padre en la cárcel, desaparecieron y estuve esperando su liberación más tranquilamente.

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