Juega con tu hijo

La videoconsola Wii ha conseguido algo revolucionario, ha llevado los videojuegos, por primera vez, al salón de casa. La consola ha salido del reducto del cuarto de los niños y se está ganando la comprensión de una generación que la ha visto hasta ahora como algo incomprensible. Las ventajas son muchas, pero la principal, que los niños ya no juegan tanto solos.

“Si tú no juegas a los videojuegos puede ser intimidador tener a un hijo que sí lo hace. No entiendes cómo funciona, el mando¹ parece complicado y no le encuentras demasiado sentido, pero a la vez, ¿no es una medida demasiado drástica² prohibir los videojuegos en tu casa?”, afirma Kuchera³.

Caroline Knorr de la web Common Sense Media, aconseja lo mismo: estar informado. “Los padres no deben ‘preocuparse’, creo que es mejor idea intentar aprender sobre los tipos de juegos disponibles y sus características, esto ayuda a enfrentarse al mundillo con una mayor confianza y control sobre lo que puede ofrecer este tipo de ocio”, asegura Knorr en el artículo. Y la mejor manera de conseguir esto es sentarse a jugar.

Compartir la experiencia de jugar a un videojuego ayudará a entender mejor los gustos y preferencias del niño, además de ofrecer una posibilidad más de enseñar valores. “Intenta comprar juegos que refuercen aquellos valores en los que tu familia cree, o juegos que permitan realizar actividades colectivas y con componentes educacionales⁴”.[...]

Pero no todo es sentarse a verles jugar, establecer límites es como siempre muy importante. Límites en cuanto a tiempo o tipo de videojuegos, siempre teniendo en cuenta que según los expertos no conviene exponer a los niños en edades demasiado tempranas. “Hay peligros relacionados con introducir a los niños a videojuegos demasiado pronto, es crucial para el correcto desarrollo de la mente de los niños que estén envueltos activamente con el mundo que les rodea⁴”. Entregarles⁵ a una actividad sedentaria que se realiza casi siempre de forma individual puede interrumpir este proceso.

Sin límites se corre el riesgo de que los videojuegos provoquen consecuencias negativas. “Un signo de la adicción a los videojuegos es si los niños se muestran deprimidos o irascibles cuando no están jugando, y si hay una marcada diferencia entre su comportamiento mientras juegan y cuando no lo hacen”, asegura Caroline Knorr. [...]

Pero no todo es negro en el mundo del ocio virtual. Patricia Vance señala que los videojuegos pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades importantes en la resolución de problemas y a cultivar la persistencia a la hora de afrontar desafíos⁶. “Lo que me resulta realmente interesante es la forma en la que los niños forman corros⁷ para ver jugar a los demás. Es una manera de estar juntos y compartir cosas con el otro, así que siempre que los juegos no sean violentos me parece una buena forma de que pasen el tiempo”, señala Vance.

Miguel Yuste, ElPaís.com, Madrid, 01/07/2009

¹ El mando: ici, la manette de jeu

² Una medida demasiado drástica: une mesure trop sévère

³ Ben Kuchera, Caroline Knorr y Patricia Vance son especialistas en videojuegos para niños

⁴ Afirma Caroline Knorr

⁵ Entregar: livrer

⁶ Un desafío: un défi

⁷ Un corro: un cercle

Le candidat traitera, au choix, un des deux sujets suivants:

1. “¿No es una medida demasiado drástica prohibir los videojuegos en tu casa?” pregunta Kuchera en las líneas 8 y 9. Da tu opinión valiéndote del texto y de tu experiencia personal. (unas doce líneas).

OU

2. Imagina un diálogo entre un hijo adicto a los videojuegos y sus padres. (unas ciento cincuenta palabras)

EXPRESSION

1. Le premier sujet offre une question à débattre : interdire les jeux vidéo ne constitue-t-il pas une mesure trop sévère ? On s’attend à ce que l’élève réponde d’abord : oui, c’est trop sévère, parce que les jeux peuvent être des occupations saines et positives, MAIS, il ne faut pas exagérer et se comporter comme un drogué des jeux : seul cas qui justifie une réaction drastique des parents. Nous donnons ici quelques idées en sachant que l’on ne vous demandait pas plus de quelques lignes.

Hoy en día en que todos los niños tienen al menos un videojuego, prohibirlos sería una medida demasiado drástica o radical. Los padres que los prohíben muchas veces no consiguen nada, puesto que los hijos siempre terminan jugando con los juegos de sus amigos. Además, el videojuego debe considerarse como una ocupación sana, útil, que desarrolla muchos reflejos, enseña el gusto del desafío y la perseverancia. Es una forma de compartir con los demás y poder hablar de sus pasiones con los amigos es enriquecedor. Al contrario, los que no juegan tienen más dificultades para integrarse en un grupo en el que todos lo hacen.

Pero no hay que exagerar su uso, dejarse invadir por los videojuegos puede aislar totalmente de la vida exterior, de los amigos, de la familia, de los estudios. Pasar demasiadas horas delante de la pantalla también crea problemas de salud. Los jóvenes necesitan expansionarse con el deporte, los juegos al aire libre, dormir las horas suficientes para no dormirse en clase. Por lo tanto, hay casos en que los padres tienen que intervenir y prohibir los videojuegos. Todo es cuestión de saber hacer buen uso de esto.

OU

2. Le deuxième reprend le même sujet sous forme de dialogue, qui devra faire apparaître la défense d’un enfant avec ses parents. On s’attend à ce que ces derniers s’inquiètent de la passion de leur enfant pour ces jeux. Le texte que nous présentons n’est qu’un exemple, certes un peu plus long de celui qu’on vous demandait.

La escena tiene lugar en la habitación del hijo. El padre entra en la habitación del hijo sin llamar a la puerta.

– Ya sabía yo que estabas jugando. Tu madre lleva llamándote diez minutos para bajar a cenar.

– No he oído nada.

– Es normal.

– Ahora bajo, tengo que terminar la partida para poder ganar los puntos…

– ¿Qué dices? ¡ Para ahora mismo !

– Pero no puedo, tengo que terminar… Ya he terminado.

– Lo que haces no es normal. Desde que vuelves del instituto te encierras y pasas horas jugando.

– Tu madre y yo estamos muy preocupados.

– No tenéis que preocuparos. Todos mis compañeros hacen lo mismo.

– Sabes que no es cierto. No sales, no haces deporte, no estás con tus amigos…. Has cambiado muchísimo desde que te compramos esta consola. Hicimos muy mal. No pensábamos que ibas a reaccionar así y a encerrarte en tu habitación. Tienes que cambiar de actitud porque si no tendremos que quitártela…

– No. Voy a cambiar. Te lo prometo. Reconozco que últimamente paso muchas horas en la habitación pero este nuevo juego es muy interesante, empiezas y te atrae tanto que sigues y sigues y el tiempo pasa si darte cuenta….

– Te dejo una semana para que cambies tus costumbres. Si veo que sigues igual, tendré que quitártela.

– De acuerdo.

– Vamos a cenar.

– Sí vamos.