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Annales gratuites Bac L : Juan Arias

Le sujet  2003 - Bac L - Espagnol LV1 - Compréhension écrite Imprimer le sujet
LE SUJET

Aquellos maestros hacían milagros

     En la época de la dictadura -y creo que ya durante la república- existía el dicho de "pasar más hambre que un maestro de escuela". Y no hacía más que reflejar la realidad, ya que los maestros ganaban menos que un peón de albañil(1). Sin embargo, especialmente en el ambiente rural, el maestro era una especie de rey a quien se acudía para todo, desde pedir un consejo hasta escribir una carta, porque la mayoría de los trabajadores del campo eran analfabetos.
     A pesar del poco salario y el mucho trabajo, los maestros de entonces sentían pasión por la enseñanza ; amaban su profesión y se desvivían(2) para que los alumnos aprendieran. Y eso casi sin medios, ya que apenas si había libros y cuadernos, y para los niños pobres unos lápices eran un tesoro. Recuerdo que yo estudié toda la primaria con una pequeña enciclopedia, donde estaba todo : gramática, ciencias, geografía, historia, matemáticas, etc. Fue mi único libro hasta el bachillerato. Y sin embargo, aquellos maestros hacían milagros, aun sin libros. Y de esas escuelas rurales salieron grandes médicos, ingenieros, abogados, políticos, periodistas, escritores, artistas, obispos y un gran etcétera.
     Mi padre y mi madre eran maestros en una aldea gallega(3), y su aula era una sala de mi casa. Mi padre tenía dos pasiones : que ninguno de los niños de aquel puñado de familias dejase de ir a la escuela, y que en ésta aprendieran lo más posible. Recuerdo que a veces, ya muy entrada la noche, mi madre decía : "Guillermo, vente a dormir que es tarde". Y es que mi padre se quedaba hasta las tantas inventando tests de inteligencia para calificar a sus alumnos o preparando fichas para que aprendieran mejor. No regateaba tiempo(4) ni esfuerzos en la dedicación de su escuela.
     El pescadero del pueblo, un hombre bajito y simpático, había decidido que uno de sus cinco hijos no fuera a la escuela, porque tenía que ayudarle a llevar las cajas de pescado con el burro. Mi padre, que no soportaba aquello, un día oyó al sardinero cantar su pescado en la calle. Me dejó a cargo de la clase, para que mantuviera el orden, y bajó corriendo. Mientras el hombre pesaba un kilo de sardinas para una vecina, le dijo delante de todos : "Tu hijo desde mañana viene a la escuela". El sardinero quiso disculparse. "No admito excusas -le interrumpió mi padre- ; el día de mañana tu hijo, si lo desea, podrá vender sardinas como tú, porque es un oficio tan digno como el mío de maestro. Pero lo que no quiero es que tenga que pasar por la vergüenza que tú pasas, al tener que hacer las cuentas con los dedos. Quiero que si algún día vende pescado, como su padre, pueda hacer las cuentas a los clientes con papel y lápiz". La gente lo escuchaba atentamente. Hasta el burrito se quedó inmóvil. "Me ha convencido, don Guillermo -le respondió el sardinero- ; llévese a mi hijo a la escuela y que aprenda los números." Encontré a aquel niño muchos años más tarde y no vendía pescado. Se había abierto otros caminos en la vida.
     Sin embargo, los esfuerzos de aquellos maestros, que pasaban hambre pero amaban su oficio, no eran considerados por el régimen como hubieran merecido. Sobre todo si se permitían hacer pinitos(5) democráticos. Como yo he mencionado, a mi padre le ocurrió -y me imagino que no habrá sido el único- que el régimen lo castigó con una nota de censura en su expediente(6), acusándolo de que sus alumnos cuando llegaban al bachillerato "hacían demasiadas preguntas". Mi padre no entendió aquel reproche. "Pero si es bueno que pregunten -le comentaba a mi madre-, porque eso decir que tienen curiosidad, y así se forma la cultura". Se había olvidado de que a las dictaduras les gusta más el signo de admiración que el de interrogación, por lo que preguntar puede ser peligroso.
     Una vez, por aquellos tiempos del franquismo, el hijo de un militar preguntó a su padre : "Papa, ¿ por qué los Reyes Magos traen juguetes mejores a los hijos de los ricos que a los de los pobres ?". Y el padre, ante la pregunta impertinente, le respondió con un botefón(7) mientras le decía : "Los niños no preguntan, escuchan y callan".

Juan Arias, Las galletas profanadas de mi madre, 2002

(1) un peón de albañil : un apprenti-maçon
(2) se desvivían : desvivirse : se mettre en quatre, faire tous ses efforts
(3) una aldea gallega : un petit village de Galice
(4) no regateaba tiempo : il ne comptait pas son temps
(5) hacer pinitos : faire ses premiers pas
(6) su expediente : son dossier
(7) un botefón : une claque

Compréhension du texte

1. Entresaca algunos detalles reveladores de las condiciones de trabajo de los maestros en aquella época.
2. ¿De qué le convenció don Guillermo al pescadero del pueblo?
3. "... aquellos maestros hacían milagros, aun sin libros."
"el régimen lo castigó con una nota de censura en su expediente, acusándolo de que sus alumnos cuando llegaban al bachillerato 'hacían demasiadas preguntas'"
Di cómo estas dos frases evidencian el sentido del texto.

Expression personnelle

1. Haz una presentación del padre del narrador.
2. Comenta la frase siguiente :
"Se había olvidado de que a las dictaduras les gusta más el signo de admiración que el de interrogación, por lo que preguntar puede ser peligroso." (l. 39-41)
3. A partir de tu experiencia personal, explica cuál es, para ti, la función de la escuela.

LE CORRIGÉ

Compréhension du texte

1. Entresaca algunos detalles reveladores de las condiciones de trabajo de los maestros en aquella época.

Los detalles reveladores de las condiciones de trabajo de los maestros en aquella época son los siguientes :

  • En la línea 6 : tienen "poco salario" y "mucho trabajo".
  • En las líneas 7 y 8 : trabajaban sin medios, ya que apenas si había libros, cuadernos y lápices.
  • En la línea 10 : sólo había un único libro para todas las asignaturas.
  • En la línea 14 : no había un lugar dedicado a la escuela. Las clases eran en una sala de la casa del maestro.
  • 2. ¿De qué le convenció don Guillermo al pescadero del pueblo?

    Don Guillermo convenció al pescadero del pueblo para que dejara ir a su hijo a la escuela para que aprendiera los números, como se ve en la línea 31. Era el único de entre sus cinco hijos que no iba a la escuela porque tenía que ayudar a su padre en el trabajo.

    3. "... aquellos maestros hacían milagros, aun sin libros." (l. 11)
    "el régimen lo castigó con una nota de censura en su expediente, acusándolo de que sus alumnos cuando llegaban al bachillerato "hacían demasiadas preguntas" (l. 36-37)
    Di cómo estas dos frases evidencian el sentido del texto.

    Estas dos frases evidencian el sentido del texto ya que podemos ver la dificultad que tenían los maestros en la época franquista.
    No tenían medios ni lugares apropiados para poder enseñar pero esta escasez la compensaban con el entusiasmo y la pasión de la enseñanza.
    Sin embargo este amor por la enseñanza que transmitían a los alumnos no se recompensó porque a la dictadura no le gustaban los alumnos que tenían curiosidad intelectual.
    El castigo era una nota de censura en el expediente.

    Expression personnelle

    1. Haz una presentación del padre del narrador.

    El padre del narrador es en primer lugar el típico maestro de la época :

  • un hombre que gana poco dinero, según el dicho : "pasar más hambre que un maestro de escuela". Sigue también una comparación con "un peón de albañil" que gana más que un maestro, y más tarde, el autor vuelve a insistir diciendo "a pesar del poco salario".
  • sin embargo, el maestro en las zonas rurales es toda una autoridad, tiene prestigio : "era una especie de rey". Sirve para muchas cosas más, ya que muchos campesinos no saben escribir, así escribe sus cartas o da consejos.
  • ama su profesión con pasión como solían quererla los maestros de la época : "amaban su profesión y se desvivían...".
  • A partir del párrafo que empieza por "mi padre", comienza el verdadero retrato del padre del autor, dando el narrador ejemplos concretos de las antes subrayadas cualidades de los maestros :

  • el tiempo no importa para el maestro : "mi padre se quedaba hasta las tantas inventando tests de inteligencia para calificar a sus alumnos".
  • es un hombre autoritario cuando se trata de defender la utilidad de la enseñanza. No duda en regañar al pescadero que no quiere mandar a su hijo a la escuela. Y lo hace sin humillar al pescadero diciendo "es un oficio tan digno como el mío de maestro".
  • es un hombre abierto, piensa que su oficio consiste en formar la inteligencia de los alumnos y desarrollar su inteligencia : "Pero si es bueno que pregunten".
  • 2. Comenta la frase siguiente :
    "Se había olvidado de que a las dictaduras les gusta más el signo de admiración que el de interrogación, por lo que preguntar puede ser peligroso." (l. 39-41)

    El comentario de esta frase está basado en un juego de palabras.

    Lo que llamamos en francés "point d'exclamation" se dice en castellano, "signo de admiración" y el "point d'interrogation" "signo de interrogación" :

    A partir de ahí se distinguen dos actitudes, la primera es la que gusta a las dictaduras : consiste en admirar, nunca preguntar, y callar como quiere el militar que haga su hijo, la segunda consiste en preguntar, preguntar el por qué. Pero esta actitud es peligrosa para el poder porque las preguntas se podrían enfrentar con respuestas no satisfactorias y empujar a la gente a que quiera cambiar las cosas : los intelectuales son considerados siempre subversivos.

    3. A partir de tu experiencia personal, explica cuál es, para ti, la función de la escuela.

    La última pregunta daba lugar a más libertad en las respuestas, ya que cada uno puede concebir la escuela como quiere, así que propongo nada más algunas ideas :

  • La escuela tiene como primer papel la transmisión del saber, le toca al maestro enseñar a sus alumnos a escribir, contar, etc.
  • Además de este primer papel imprescindible, se puede concebir el colegio, como un lugar de aprendizaje de la vida : el maestro debe abrir las mentes de sus alumnos, enseñarles a reflexionar, a hacerse preguntas, a desarrollar su sentido crítico.
  • También podemos pedir a los profesores que formen a los futuros ciudadanos, gente capaz de convivir en una democracia.
  • Algunos van todavía más lejos y piden a los profesores que eduquen a los niños, cosa que antiguamente se consideraba del dominio exclusivo de la familia, como saber portarse bien, tener buenos modales, etc.
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