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Annales gratuites Bac L : Traduction

Le sujet  2002 - Bac L - Espagnol LV1 - Traduction Imprimer le sujet
LE SUJET

¡ Vaya día de Reyes !

      Barcelona, inmediatamente después de la guerra civil, Anna, la narradora, vive con sus tres hermanos, Elías, Pía, Alexis, en casa de su abuelo. Siendo los padres republicanos, exigió el abuelo que los niňos fueran separados de sus padres.

     El abuelo nos esperaba de pie, con aire solemne, y nos llevó ante las puertas cerradas del salón. Y cuando estuvo seguro de que no faltaba ningún miembro de la familia ni del servicio, las abrió con solemnidad, nos hizo entrar a los cuatro, y como si hubiera pasado la noche empaquetando juguetes con los que llenar el salón, se quedó en la puerta esperando nuestra reacción. Nos habíamos puesto cada uno frente a su zapato vacío y manteníamos el rostro impenetrable, ni de pena ni de alegría, ni de enfado ni de desilusión, ni de frío ni de calor.
     "Los Reyes, como el abuelo ya os dijo muchas veces , traen juguetes a los niños que se portan bien, los juguetes son premios que hay que ganarse y, vistas vuestras notas, no hay premio posible para vosotros", dijo el abuelo. Seguimos inmóviles. Yo miraba a Alexis que cerraba y abría los ojos para alejar unas lágrimas furtivas que pugnaban por salir y apretaba los labios para contener el llanto, pero aguantaba. "Además, el abuelo os ha dicho la verdad, como la dice siempre, -seguía él- los Reyes son los padres. Bien, creo que no hace falta continuar, en la situación en que estáis no debéis ni podéis aspirar a lo que aspiran los demás porque no tenéis padres, es decir, -rectificó- vuestros padres no están donde deberían estar". Se detuvo un instante, cerró los ojos y continuó : " Pero tenéis el afecto y la protección del abuelo que no tiene ninguna obligación de cuidaros y educaros, y esto es mucho más de lo que merecéis, así que con este regalo ya podéis estar satisfechos. ¿ Habéis entendido lo que el abuelo os ha dicho?" rugió.
     Dijimos que sí con la cabeza pero seguimos sin movernos, de pie, de cara al balcón.
     "Venga, Alexis -lo consoló Elías- no llores, vas a cumplir seis años, ya eres mayor, no llores. No te preocupes, ¿ qué querías ?, ¿ una pelota ? Pues tendrás una pelota, y ¿ una diana con flechas ?(1), pues también la tendrás".
    Alexis intentaba contener las lágrimas pero no lo logró hasta que Elías y Pía descuartizaron un almohadón(2) y con el relleno de plumas y unos cordeles que sacaron de no sé dónde, hicieron una pelota, no muy grande ni demasiado bonita, pero una pelota con la que jugamos un partido de fútbol de dos jugadores en cada equipo. Y cuando nos cansamos de fútbol, Elías fue a buscar una tiza de la pizarra de la cocina y dibujó una gran diana en la puerta de roble del salón que daba al cuarto del abuelo y se fue otra vez a la cocina para volver con dos cuchillos, los de punta más afilada que encontró. Los mayores ni siquiera habían vuelto al salón, el abuelo había salido y no volvería hasta la hora del almuerzo y nosotros, libres y felices, nos dedicamos a nuestros torneos de puntería que dejaron las puertas de roble machacadas(3) y llenas de agujeros de las puntas los cuchillos.
    A pesar de los bofetones(4) que nos cayeron aquel mediodía y de habernos quedado sin roscón(5) de Reyes, estábamos satisfechos, sin saber muy bien por qué. Tal vez porque por primera vez teníamos la sensación de que habíamos respondido como si fuéramos mayores, sin discutir, sin revelarnos(6), pero a nuestro modo digno e insultante.

Rosa REGÁS, Luna lunera, septiembre 1999

(1) una diana con flechas : un jeu de fléchettes
(2) descuartizaron un almohadón : ils éventrèrent un gros coussin
(3) machacadas : abîmées, massacrées
(4) bofetones : gifles
(5) el roscón : la galette
(6) sin revelarnos : sans nous dévoiler


Traduire depuis "El abuelo nos esperaba de pie..."jusqu'à "...seguimos inmóviles".
(lignes 1 à 9)

LE CORRIGÉ

Traduire depuis "El abuelo nos esperaba de pie..." jusqu'à "...seguimos inmóviles".
(lignes 1 à 9)

Grand-père nous attendait debout, avec un air solennel, et il nous conduisit devant les portes fermées du salon. Et quand il fut certain qu'il ne manquait aucun membre de la famille ni du personnel, il les ouvrit avec solennité, il nous fit entrer tous les quatre, et comme s'il avait passé la nuit à empaqueter des jouets pour en remplir le salon, il resta devant la porte à attendre notre réaction. Nous nous étions rangés, chacun devant sa chaussure vide et nous gardions un air impénétrable, ni peiné, ni joyeux, ni fâché, ni déçu, ni froid, ni chaud.
"Les Rois Mages, comme votre grand-père vous l'a dit à maintes reprises, apportent des jouets aux enfants qui se conduisent bien, les jouets sont des récompenses qu'il faut mériter et, vu vos notes, il n'y a pas de récompense qui tienne pour vous", dit grand-père. Nous restâmes immobiles.

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